Adrián GarcíaContinuamos hablando de Trabajos de Final de Máster que se realizaron el año pasado y que tienen una destacada relevancia social, en este caso de dos: ‘Diferencias de cortisol en saliva a distintas intensidades de RM en press banca’, de Adrián García y ‘Efectos de un entrenamiento de fuerza sobre la fatiga producida por la Esclerosis’, de Ramón Jesús.

El primero de ellos está englobado dentro del control psicobiológico de la carga. Es un modelo para explicar qué parámetros fisiológicos nos permiten controlar la carga de entrenamiento; saber en qué estado se encuentra el sujeto en el momento fatiga-recuperación y a partir de ahí, saber cómo estimar la carga siguiente para seguir creando adaptaciones sin llegar a un estado de sobre entrenamiento. Se utilizó el press banca lanzado para el estudio porque es un ejercicio estandarizado en la bibliografía y tiene bastante transferencia en todos los deportes, por lo que es un buen contexto para comprobar la determinación hormonal del cortisol en la saliva. Se estuvo trabajando en él durante todo el curso del máster y ahora mismo se encuentran aún realizando mediciones hasta mediados de noviembre, aumentando muestras para ver si los resultados se dan en más población. En un principio se desarrolló el estudio con una muestra de 13 personas y están intentando llegar a 20 para lograr más precisión en los resultados.

El cortisol (una hormona esteroidea que libera el cuerpo como respuesta al estrés) a largo plazo, si se mantiene en niveles altos, tiene correlación con la fatiga e indica estados de estrés, además de alterar el sistema nervioso. Con estos ejercicios y este tipo de entrenamiento bajo el principio de mantenimiento de la potencia mecánica se pretende estudiar cómo responde el cortisol en un ejercicio con ‘ausencia de fatiga’ (a niveles muy bajos). Se preveía que disminuyera y así ha sido. Con una muestra muy específica de un deporte determinado se pueden encontrar métodos de entrenamiento que eviten ese desgaste y se puedan desarrollar en dichos deportes. Se calcula que 1 de cada 20 personas que realizan actividad física sufren de sobre entrenamiento, por lo que con este estudio se podrían desarrollar métodos con diferente carga de trabajo para evitar ese sobre entrenamiento.

Ramon JesúsEn el caso de Ramón Jesús Gómez, escogió su TFM porque al ser licenciado en CAFD, algunos pacientes que sufrían esclerosis múltiple le pedían consejo para saber qué tipo de deporte era positivo para ellos, lo que le acabó llevando a cursar el máster. Al buscar información sobre los efectos del entrenamiento con esta enfermedad, se encontró con que en general, en los hospitales no se les recomendaba realizar deporte, más bien al contrario; que no realizaran actividad física para ahorrar energía y priorizar actividades (al estar agotado desde la primera hora de la mañana, es importante que las tareas importantes se realicen las primeras para que no queden sin hacer). Buscando información sobre los estudios realizados, llegó a la conclusión de que la actividad física no era negativa para los pacientes, por lo que se decide aplicar un tipo de entrenamiento que no se había aplicado: el entrenamiento de fuerza máxima. A grandes rasgos, movilizar mucho peso y trabajar grandes grupos musculares, el máximo que los pacientes puedan tolerar.

Fue una intervención de 12 semanas de duración con pacientes del Hospital General de Elche en los laboratorios de biomecánica, con un periodo de acondicionamiento físico seguido de un trabajo de fuerza máxima llegando a intensidades de un 90% de un RM. El estudio, que se centraba en el estudio de uno de los síntomas, la fatiga (el 70% de afectados por EM parece evidenciar que con este tipo de ejercicios se reduce la fatiga). Algo que se corroboró con mediciones en tres escalas diferentes (diaria, semanal y mensual) correlacionándolos con los resultados de ganancia de fuerza tanto en protocolos isocinéticos como en isométricos, además de un test funcional de la marcha.

Como ejemplos de mejoría en la calidad de  vida diaria, pacientes a quienes traían y recogían en coche al CID después iban y volvían a pie, otros podían hacer tareas diarias que antes no podían realizar, como levantar bolsas para hacer la compra y o coger a su hijo en brazos. Algunos incluso pudieron volver a viajar al extranjero o participar de nuevo en fiestas de Moros y Cristianos. En definitiva, en términos cuantitativos el avance no es mucho, pero sí en términos cualitativos, puesto que se trata de una mejoría clara de la calidad de vida diaria.