rocheEl catedrático y docente del máster Enrique Roche, encargado de la materia ‘Pautas Nutricionales de Actuación en la Actividad Física y el Deporte‘, dirige un proyecto de estimulación sensorial en personas mayores para estimular el apetito: GYMSEN. Un proyecto que se está realizando en colaboración con otros países europeos y que tiene como objetivo último mantener las capacidades sensoriales de personas mayores con el fin de mejorar su bienestar y calidad de vida. En él también participa Diego Pastor, del CID, y las pruebas se realizan en la Universidad de la Experiencia de Campello. Hablamos con más detenidamente con Enrique para que nos explique qué se está realizando en la actualidad y las posibilidades que ofrece dicho tratamiento.

¿Qué es la gimnasia sensorial?

Son talleres donde a través de diversas actividades se estimulan los diferentes sentidos. En el caso concreto del proyecto GYMSEN se pretende trabajar con los sentidos del gusto y el olfato por su estrecha relación con la nutrición, aunque existen actividades simultáneas para estimular otros sentidos.

¿Qué efecto puede tener en las personas mayores y qué se busca en el proyecto GYMSEN?

Va a depender del objetivo que se persiga. En el caso de personas mayores con sobrepeso o alguna patología asociada al síndrome metabólico (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes tipo II), lo que se busca es la re-educación sensorial. En otras palabras, que pierdan el interés por sabores y aromas que acompañan a las salsas grasientas o a las comidas ricas en grasa, y que comiencen a mostrar más interés por los aromas que desprende la fruta fresca, los vegetales, las ensaladas o las cocciones sencillas. Esto podría ayudar desde un punto de vista psicológico a dirigir mejor la intervención dietética para reducir peso corporal. Por el contrario, en las personas con Alzheimer o que están recluidas en residencias geriátricas y que han perdido el interés por la comida, lo que se busca es que recuperen dicho interés, trabajando con los aromas de especies, de legumbres cocinadas o de pescados y carnes blancas. El objetivo es revertir la desnutrición severa que suelen desarrollar en estas circunstancias y que comiencen a comer más y mejor.

En el caso de personas mayores con sobrepeso o alguna patología asociada al síndrome metabólico, lo que se busca es la re-educación sensorial

En lo físico, ¿cómo ayudan estos ejercicios a la prevención de las caídas, por ejemplo? ¿Y cómo influye para que adopten una actitud positiva frente a los alimentos?

Para la prevención de caidas hay que trabajar prioritariamente otros sentidos, como el del equilibrio, mientras que la intervención sensorial a nivel del gusto sería para trabajar en la dieta con alimentos que aporten más calcio o incluso para reducir peso si la persona tiene sobrepeso y así favorecer mejor sus movimientos. En la parte correspondiente a los alimentos, como hemos explicado, existen 2 objetivos claros: re-educar para personas mayores con sobrepeso y estimular para que personas con desnutrición recuperen el interés por la comida.

 A la hora de realizar estos ejercicios, ¿los podrían hacer solos en casa o necesitan algún tipo de tutor o cuidador?

Todo depende del grado de autonomía de las personas que participan en los talleres. Las personas que son intelectualmente activas, entienden el objetivo de este tipo de actividades y pueden realizar tareas en casa, no sólo con kits diseñados al respecto, sino con alimentos cuando cocinan o cuando los están consumiendo. Las personas con una clara dependencia, como los enfermos de Alzheimer, necesitan la colaboración de cuidadores y familiares, y posiblemente repetir muchas veces ejercicios concretos.

 ¿Es suficiente con este programa para llegar a esa calidad de vida y bienestar que se busca en este sector de la población, o se ha de complementar con otros tratamientos?

No se trata de un terapia, sino de un apoyo psicológico para el momento culminante de la vida de una persona. Hay dolencias que no llegan a curarse y que se agravan con el paso de los años, haciendo que la calidad de vida sea cada vez peor. Nosotros creemos que estos talleres van a ralentizar este deterioro inevitable que sufren las personas, y van a incrementar su calidad de vida. Por eso, no hay que dejar el tratamiento farmacológico o dietético que la persona esté llevando, pero el taller será un complemento importante sin lugar a dudas en este sentido.

 ¿Se han realizado ya proyectos similares a este?

Con los otros sentidos (vista, oído, tacto, equilibrio, movimiento) se han realizado muchas experiencias y con resultados muy positivos. Sin embargo, el utilizar la gimnasia sensorial para mejorar la calidad de la alimentación es un proyecto novedoso y no existe ninguna experiencia preliminar en este sentido.

Nosotros creemos que estos talleres van a ralentizar este deterioro inevitable que sufren las personas, y van a incrementar su calidad de vida

¿Qué duración tiene este programa? ¿En qué plazo se podría implementar ya de forma oficial? 

El programa tiene una duración de 2 años. El primer año se ha dedicado a recopilar información y a la elaboración de los materiales con los distintos socios europeos que participan en el proyecto. El segundo año se procederá a realizar el estudio piloto y ver si nuestra hipótesis de trabajo funciona o necesita ser implementada. El proyecto terminará si todo va bien en agosto de 2016. Nuestra idea es elaborar una serie de materiales que puedan ser utilizados en forma de talleres en distintos ámbitos, como las residencias de ancianos o en las propias casas, con el objetivo de introducir la gimnasia sensorial como una actividad de apoyo a la labor de los dietistas y nutricionistas. Esta sería la auténtica implementación, el colofón más bonito para este proyecto. Dentro de 9 meses veremos.

¿Se va a intentar introducir en la sanidad pública? Imagino que podría ahorrar costes con estos tratamientos.

La verdad que a todos los socios del proyecto nos gustaría, pero lo veo complicado. Por ejemplo, los tratamientos dietéticos no vienen contemplados por la Sanidad Pública. Si alguien quiere una dieta personalizada y el seguimiento por parte de un profesional de la Nutrición, se tienen que rascar el bolsillo. Estos talleres, que serían un complemento al tema nutricional, veo difícil que puedan abrirse un hueco en este complejo panorama de la Sanidad Pública. No obstante, hay que señalar que intervenciones de tipo preventivo, como las que ofrece la Nutrición, está más que demostrado que ahorran costes. Poder tratar a los obesos antes de que lo sean, ahorraría mucho dinero al país. Sin embargo, los obesos acuden a la «gratuita» Sanidad Pública cuando la patología ya está establecida, y el tratamiento de estas personas cuesta un dinero importante, que sale de nuestros impuestos. Por tanto, con estos tratamientos y muchos otros ahorraríamos mucho dinero, pero esto alguien no lo quiere ver.

¿Cómo se financia?

Ahora contamos con la ayuda de la Unión Europea, pero me temo que en el futuro lo tendrán que pagar los propios pacientes de su bolsillo. Es triste, pero es la realidad.

Y por último, ¿qué papel o tareas desenvuelves como director del proyecto?

Tengo que ocuparme de una parte de las tareas administrativas, para lo que cuento con la inestimable ayuda del personal administrativo del Vicerrectorado de Relaciones Internacionales, a los que les agradezco su trabajo públicamente. Luego tengo que coordinar las tareas científicas y educativas con el resto del consorcio, formado por un socio español de Valencia (AINIA) y por otros socios ubicados en Suecia (SP), Italia (ANS), República Checa (ERA) y Grecia (AAADRD). También tengo que coordinar las tareas de difusión y divulgación del proyecto. Por eso animo a todo el mundo que visite nuestra página WEB (www.gymsen.eu) para que conozca más de cerca nuestro proyecto.